Sacerdotisa del Fuego (Sherab Wangmo)
Tara roja
lunes, 14 de julio de 2014
La Historia Interminable - Michael Ende
"Las pasiones humanas son un misterio, y a los niños les pasa lo mismo que a los mayores,. Los que se dejan llevar por ellas no pueden explicárselas, y los que no las han vivido no pueden comprender las. Hay hombres que se juegan la vida para subir una montaña. Nadie, ni siquiera ellos, puede explicar realmente porque. Otros se arruinan para conquistar el corazón de una persona que no quiere saber nada de ellos. Otros se destruyen así mismos por no saber resistir los placeres de la mesa... o de la botella. Algunos pierden cuanto tienen para ganar en un juego de azar, o lo sacrifican todo a una idea fija que jamas podrá realizarse. Unos cuantos creen que solo serán felices en algún lugar distinto, y recorren el mundo durante toda su vida. Y unos pocos no descansan hasta que consiguen ser poderosos. En resumen, hay tantas pasiones distintas como hombres distintos hay"...
Les comparto un fragmento de este maravilloso libro, del autor alean Michael Ende, que igual que el francés Saint-Exupery tenían una visión muy peculiar del mundo y una forma de expresarlo simplemente encantador.
lunes, 30 de junio de 2014
El inquietante mundo onirico...
Se dice que para poder recordar con detalle nuestros sueños se requiere de una gran capacidad de concentración ademas de gasto de energía psíquica. Desde nuestro antepasados el mundo de los sueños ha tenido y jugado una parte muy importante de la vida del ser humano. Desde reyes que tenían interpretes de los sueños, inspiración de múltiples pinturas, historias, inventos, etc. Parece que el subconsciente y el mundo de los sueños se encierra una especie de sabiduría e intuición que solo con esfuerzo, concentración, practica e introspección es posible escuchar. Ademas se han escrito muchos libros que hablan respecto a diversos ejercicios para poder tratar de estar mas conscientes durante el periodo del sueño. En el budismo tibetano se maneja este parte como parte de un "bardo", el cual es por decirlo sencillo un estado de conciencia y percepción de la propia mente, existiendo varios tipos de bardo incluido el "bardo del sueño" y algunas practicas especificas como el yoga de los sueños, pero esa clase de practicas requieren obviamente una serie de preparación y bases para poder ser no solo entendidas de la forma correctas, sino también practicadas de forma sabia. Para no terminar cayendo en un "materialismo espiritual" y peor aun tergiversar cosas o utilizarlas solo para nuestro propio beneficio. Pues se habla desde tratar de darse cuanta que se esta soñando y cuando se hace tratar de ver las propias manos, pies, etc, y su significado no es como para adquisición o ambición de algún "poder psíquico" no... sino mas bien se trata de ir entrenando a nuestra propia mente a reconocer su propia naturaleza incluso en estados como el sueño, se diría mas bien esto se maneja solo como una herramienta no un fin en si mismo, que nos lleve a simplemente estar mas "conscientes". Ademas es muy triste ver sobre todo como algunas personas tergiversaran estos temas solo para estafar a otros y convencerlos de adquirir ciertas "capacidades psíquicas" como viajes astrales, etc. Todo eso esta de mas y solo seria seguir reforzando al ego. La única importancia de darse cuenta de estos estados incluyendo el desdoblamiento de nuestro cuerpo onírico (otros llaman astral) es el de desarrollar el estar mas conscientes de lo que sucede en nuestra propia mente, para poder llegar así a relacionarnos mas con su verdadera naturaleza, la cual al hacerse esta clase de ejercicios con la motivación adecuada, no sera mas que despertar el amor y la compasión hacia todos los seres, el estar mas conscientes nos llevara pues a poder despertar solo y únicamente con el fin del beneficio de los demás, pues al descubrir el amor, felicidad y compasión infinitos que ya somos, la única acción natural que fluye es el de darla a todos los demás seres y ayudarlos a que se puedan liberar de su propio sufrimiento.
Pues sobra decir que el tema de los sueños siempre me ha fascinado, y si podríamos decir cada quien un sin fin de experiencias personales sobre este tema, pero nos desviaríamos del único fin positivo y sabio que tiene. Pues igual los invito a que sigan practicando y no desistan para poder estar mas conscientes, mas conciencia igual al desarrollo de una sabiduría compasiva. Cada quien tiene sus métodos, diarios de sueños, meditación, concentrarse antes de dormir, etc. Los animo a todos hacer esta hermosa practica con el único fin de beneficiar a todos los seres sintientes. Un abrazo.
Pues sobra decir que el tema de los sueños siempre me ha fascinado, y si podríamos decir cada quien un sin fin de experiencias personales sobre este tema, pero nos desviaríamos del único fin positivo y sabio que tiene. Pues igual los invito a que sigan practicando y no desistan para poder estar mas conscientes, mas conciencia igual al desarrollo de una sabiduría compasiva. Cada quien tiene sus métodos, diarios de sueños, meditación, concentrarse antes de dormir, etc. Los animo a todos hacer esta hermosa practica con el único fin de beneficiar a todos los seres sintientes. Un abrazo.
domingo, 29 de junio de 2014
Hadas...
Hay cada vez mas información recolectada respecto a estas fantásticas criaturas, diversos tipos y partes del mundo de donde han nacido. Sin embargo mas allá de un conocimiento teórico respecto a estos seres he de compartir mi fascinación por ellas desde que era niña. No recuerdo cual fue el momento exacto en que me enamore de aquella magia y naturaleza, sin embargo puedo decir que de niña me la pasaba horas colgada de las ramas de los arboles, los cuales siempre me han proporcionada una inexplicable paz infinita, y en aquellos momentos de total absorción y contemplación siempre he sentido una especie de "presencia" cerca de mi mágica nose como explicarlo pero que siempre me hizo sentir acompañada, guiada y protegida aun en los momentos mas obscuros y confusos.
Pues para mi eso son las hadas guías espirituales, música para el alma, una especie de musas que de repente me llenan de inspiración para escribir algo o tocar hermosa música nacida del corazón. Han sido siempre hermosas y fieles protectoras. Y ellas siempre están ahí con un amor tan puro para dar, solo tienes que detenerte, abrir el corazón y empezar a escucharlas. Ellas son origen de sabiduría, dones y sanación. Siempre ahí silenciosas y juguetonas. Les encantan las aventuras y el conocimientos de las cosas. Buenos pues espero que a partir de esta publicación si alguno de ustedes a tenido alguna experiencia con ellas, me encantaría lo compartan a través de este espacio, pues ellas existen.
Pues para mi eso son las hadas guías espirituales, música para el alma, una especie de musas que de repente me llenan de inspiración para escribir algo o tocar hermosa música nacida del corazón. Han sido siempre hermosas y fieles protectoras. Y ellas siempre están ahí con un amor tan puro para dar, solo tienes que detenerte, abrir el corazón y empezar a escucharlas. Ellas son origen de sabiduría, dones y sanación. Siempre ahí silenciosas y juguetonas. Les encantan las aventuras y el conocimientos de las cosas. Buenos pues espero que a partir de esta publicación si alguno de ustedes a tenido alguna experiencia con ellas, me encantaría lo compartan a través de este espacio, pues ellas existen.
La dama de Shalott
"Pero ella no llora por si misma; y quienes la escuchan aprenden a tener piedad, y firmeza en la esperanza, pues fortalece los espíritus y convierte el dolor en sabiduría..."
La dama de Shalott (The lady of Shalott) es un poema mitológico del escritor inglés Alfred Tennyson, publicado en 1833 y reescrito en 1842. El poema retorna al ciclo artúrico, faceta que fascinaba aLord Tennyson, basándose en la figura mítica de Elaine de Astolat (o Donna di Scalotta), quien muere de pena al ser rechazada por Sir Lancelot. Además, fue admirablemente recibido por los prerrafaelitas, en particular por John William Waterhouse, quien la retrató en las pinturas.
Poema
En la ribera, durmiendo,
grandes campos de cebada y centeno
visten colinas y encuentran al cielo;
por el campo nace el sendero
hacia las mil torres de Camelot;
y arriba, y abajo, la gente anda,
mirando los lirios que florecen,
en la isla que río abajo emerge:
la isla de Shalott.
Tiembla el álamo, palidece el sauce,
grises ráfagas estremecen los aires
y la ola, que por siempre llena el cauce,
por el río y desde la isla distante
fluye incesante hasta Camelot.
Cuatro muros grises: sus grises torres
reinan el espacio entre las flores,
y en el silencio de la isla se esconde
la dama de Shalott.
Tras un velo de sauces, por la ribera,
las pesadas barcas arrastradas
por lentos caballos; y furtiva,
una vela de seda traza
surcos de espuma, hacia Camelot.
Pero ¿quién la vio saludando?
¿o en la ventana de su cuarto mirando?
¿o acaso es conocida en el reino
la dama de Shalott?
Sólo los segadores, muy temprano,
cuando arrancan los maduros granos,
oyen ecos de un alegre canto
que brota desde el río, alto y claro
hasta las mil torres de Camelot:
Bajo la luna el segador trabaja,
apilando haces en las eras altas.
Escucha y susurra: “es ella, el hada,
la dama de Shalott”.
II.
Ella teje día y noche,
seda mágica de hermosos colores.
Ha oído un rumor sobre
una maldición: como se asome
y mire lejos, hacia Camelot.
No conoce la condena que pueda ser,
ella surce y no deja de tejer,
otra cosa no existe que pueda temer,
la dama de Shalott.
Moviéndose sobre un espejo claro
que cuelga frente a ella todo el año,
sombras del mundo aparecen. Cercano
ve ella el camino que serpenteando
conduce a las torres de Camelot;
Allí el remolino del río gira,
y descortés el aldeano grita,
y de las mozas las capas rojizas
se alejan de Shalott.
A veces un tropel de alegres damas,
un abate, al que portan con calma,
o es un pastor de cabeza rizada,
o de largo pelo y carmesí capa,
un paje se dirige a Camelot;
y a veces cruzan el azul espejo
caballeros de dos en dos viniendo:
no tiene un buen y leal caballero
la dama de Shalott.
Pero en su tela disfruta y recoge
del espejo las mágicas visiones,
y a menudo en las silenciosas noches
un funeral con plumas y faroles
y música, iba hacia Camelot:
O venían, la luna en su camino,
amantes casados de ahora mismo;
“Estoy enferma de tanta sombra”, dijo
la dama de Shalott.
III
A tiro de arco del alero de ella,
él cabalgaba entre la mies de la era;
deslumbraba el sol entre hojas nuevas,
y ardía sobre las broncíneas grebas
del valiente y audaz Sir Lancelot.
Un cruzado al que arrodillado puso
con la dama por siempre en el escudo,
brillaba en el campo amarillo, junto
la lejana Shalott.
Brillaba libre enjoyada la brida:
una rama de estrellas imprevistas
colgadas de una Galaxia amarilla.
Sonaban alegres las campanillas
mientras cabalgaba hacia Camelot:
y en bandolera, plata entre blasones,
colgaba un potente clarín. Al trote,
su armadura tintineaba, sobre
la lejana Shalott.
Bajo el azul despejado del cielo
refulgía la silla de oro y cuero,
ardía el yelmo y la pluma del yelmo,
juntas como una sola llama al viento,
mientras cabalgaba hacia Camelot:
Así en la noche púrpura se viera,
bajo cúmulos sembrados de estrellas,
un cometa, cola de luz, que llega,
a la quieta Shalott.
Su frente alta y clara, al sol brillaba;
sobre los pulidos cascos trotaba;
por debajo de su yelmo flotaban
los bucles negros, mientras cabalgaba,
cabalgaba directo a Camelot.
Desde la orilla, y desde el río,
brilló en el espejo de cristal,
“tralarí lará” cantando en el río
iba Sir Lancelot.
Dejó la tela, y dejó el telar,
tres pasos en su cuarto ella fue a dar,
ella vio el lirio de agua reventar,
el yelmo y la pluma ella fue a mirar,
y posó su mirada en Camelot.
Voló la tela, y se quedó aparte;
se rompió el espejo de parte a parte;
“la maldición vino a mi”, gritó suave
la dama de Shalott.
IV
En la tormenta que de este soplaba,
los bosques de oro pálido menguaban,
y el río ancho en su orilla los lloraba.
Un cielo negro y bajo diluviaba
encima las torres de Camelot.
Ella bajó hasta el río, y encontróse
bajo un sauce, una barca aún a flote,
y escribió, justo en la proa del bote,
“La Dama de Shalott”.
Del río a través del pequeño espacio
como un audaz adivino extasiado
y en trance, viendo ante sí su trágico
destino, y con el semblante impávido,
ella miró lejos, a Camelot.
Y cuando el día por fin se acababa,
ella se tendió, y soltando amarras,
dejó que la corriente la arrastrara,
la dama de Shalott.
Tendida, vestida de un blanco nieve
desbordando por los lados del bote
las hojas cayendo sobre ella, leves,
a través del sonido de la noche,
ella flotaba hacia Camelot.
Y mientras la afilada proa hería
los campos y las esbeltas colinas,
se oyó un cantar, su última melodía,
la dama de Shalott.
Se oyó un cantar, un cantar triste y santo
cantado con fuerza y luego muy bajo,
hasta helarse su sangre muy despacio,
por completo sus ojos se cerraron
fijos en las torres de Camelot.
Porque hasta allí llegó con la marea,
de las primeras casas a la puerta,
y cantando su canción quedó muerta,
la dama de Shalott.
Debajo la torre y la balconada
entre las galerías y las tapias
hermosa y resplandeciente flotaba,
pálida de muerte, entre las casas,
entrando silenciosa en Camelot.
Al embarcadero juntos salieron:
dama y señor, burgués y caballero,
su nombre junto a la proa leyeron,
la dama de Shalott.
¿Qué tenemos aquí ? ¿ Y qué es todo esto ?
Y en el palacio de luces y juegos
el jolgorio real tornó silencio;
Se santiguaron todos con miedo,
los caballeros, allí en Camelot:
Pero Lancelot, meditando un poco,
fue y dijo, “Ella tiene el rostro hermoso,
por gracia de Dios misericordioso,
la dama de Shalott.”
La dama de Shalott (The lady of Shalott) es un poema mitológico del escritor inglés Alfred Tennyson, publicado en 1833 y reescrito en 1842. El poema retorna al ciclo artúrico, faceta que fascinaba aLord Tennyson, basándose en la figura mítica de Elaine de Astolat (o Donna di Scalotta), quien muere de pena al ser rechazada por Sir Lancelot. Además, fue admirablemente recibido por los prerrafaelitas, en particular por John William Waterhouse, quien la retrató en las pinturas.
Poema
En la ribera, durmiendo,
grandes campos de cebada y centeno
visten colinas y encuentran al cielo;
por el campo nace el sendero
hacia las mil torres de Camelot;
y arriba, y abajo, la gente anda,
mirando los lirios que florecen,
en la isla que río abajo emerge:
la isla de Shalott.
Tiembla el álamo, palidece el sauce,
grises ráfagas estremecen los aires
y la ola, que por siempre llena el cauce,
por el río y desde la isla distante
fluye incesante hasta Camelot.
Cuatro muros grises: sus grises torres
reinan el espacio entre las flores,
y en el silencio de la isla se esconde
la dama de Shalott.
Tras un velo de sauces, por la ribera,
las pesadas barcas arrastradas
por lentos caballos; y furtiva,
una vela de seda traza
surcos de espuma, hacia Camelot.
Pero ¿quién la vio saludando?
¿o en la ventana de su cuarto mirando?
¿o acaso es conocida en el reino
la dama de Shalott?
Sólo los segadores, muy temprano,
cuando arrancan los maduros granos,
oyen ecos de un alegre canto
que brota desde el río, alto y claro
hasta las mil torres de Camelot:
Bajo la luna el segador trabaja,
apilando haces en las eras altas.
Escucha y susurra: “es ella, el hada,
la dama de Shalott”.
II.
Ella teje día y noche,
seda mágica de hermosos colores.
Ha oído un rumor sobre
una maldición: como se asome
y mire lejos, hacia Camelot.
No conoce la condena que pueda ser,
ella surce y no deja de tejer,
otra cosa no existe que pueda temer,
la dama de Shalott.
Moviéndose sobre un espejo claro
que cuelga frente a ella todo el año,
sombras del mundo aparecen. Cercano
ve ella el camino que serpenteando
conduce a las torres de Camelot;
Allí el remolino del río gira,
y descortés el aldeano grita,
y de las mozas las capas rojizas
se alejan de Shalott.
A veces un tropel de alegres damas,
un abate, al que portan con calma,
o es un pastor de cabeza rizada,
o de largo pelo y carmesí capa,
un paje se dirige a Camelot;
y a veces cruzan el azul espejo
caballeros de dos en dos viniendo:
no tiene un buen y leal caballero
la dama de Shalott.
Pero en su tela disfruta y recoge
del espejo las mágicas visiones,
y a menudo en las silenciosas noches
un funeral con plumas y faroles
y música, iba hacia Camelot:
O venían, la luna en su camino,
amantes casados de ahora mismo;
“Estoy enferma de tanta sombra”, dijo
la dama de Shalott.
III
A tiro de arco del alero de ella,
él cabalgaba entre la mies de la era;
deslumbraba el sol entre hojas nuevas,
y ardía sobre las broncíneas grebas
del valiente y audaz Sir Lancelot.
Un cruzado al que arrodillado puso
con la dama por siempre en el escudo,
brillaba en el campo amarillo, junto
la lejana Shalott.
Brillaba libre enjoyada la brida:
una rama de estrellas imprevistas
colgadas de una Galaxia amarilla.
Sonaban alegres las campanillas
mientras cabalgaba hacia Camelot:
y en bandolera, plata entre blasones,
colgaba un potente clarín. Al trote,
su armadura tintineaba, sobre
la lejana Shalott.
Bajo el azul despejado del cielo
refulgía la silla de oro y cuero,
ardía el yelmo y la pluma del yelmo,
juntas como una sola llama al viento,
mientras cabalgaba hacia Camelot:
Así en la noche púrpura se viera,
bajo cúmulos sembrados de estrellas,
un cometa, cola de luz, que llega,
a la quieta Shalott.
Su frente alta y clara, al sol brillaba;
sobre los pulidos cascos trotaba;
por debajo de su yelmo flotaban
los bucles negros, mientras cabalgaba,
cabalgaba directo a Camelot.
Desde la orilla, y desde el río,
brilló en el espejo de cristal,
“tralarí lará” cantando en el río
iba Sir Lancelot.
Dejó la tela, y dejó el telar,
tres pasos en su cuarto ella fue a dar,
ella vio el lirio de agua reventar,
el yelmo y la pluma ella fue a mirar,
y posó su mirada en Camelot.
Voló la tela, y se quedó aparte;
se rompió el espejo de parte a parte;
“la maldición vino a mi”, gritó suave
la dama de Shalott.
IV
En la tormenta que de este soplaba,
los bosques de oro pálido menguaban,
y el río ancho en su orilla los lloraba.
Un cielo negro y bajo diluviaba
encima las torres de Camelot.
Ella bajó hasta el río, y encontróse
bajo un sauce, una barca aún a flote,
y escribió, justo en la proa del bote,
“La Dama de Shalott”.
Del río a través del pequeño espacio
como un audaz adivino extasiado
y en trance, viendo ante sí su trágico
destino, y con el semblante impávido,
ella miró lejos, a Camelot.
Y cuando el día por fin se acababa,
ella se tendió, y soltando amarras,
dejó que la corriente la arrastrara,
la dama de Shalott.
Tendida, vestida de un blanco nieve
desbordando por los lados del bote
las hojas cayendo sobre ella, leves,
a través del sonido de la noche,
ella flotaba hacia Camelot.
Y mientras la afilada proa hería
los campos y las esbeltas colinas,
se oyó un cantar, su última melodía,
la dama de Shalott.
Se oyó un cantar, un cantar triste y santo
cantado con fuerza y luego muy bajo,
hasta helarse su sangre muy despacio,
por completo sus ojos se cerraron
fijos en las torres de Camelot.
Porque hasta allí llegó con la marea,
de las primeras casas a la puerta,
y cantando su canción quedó muerta,
la dama de Shalott.
Debajo la torre y la balconada
entre las galerías y las tapias
hermosa y resplandeciente flotaba,
pálida de muerte, entre las casas,
entrando silenciosa en Camelot.
Al embarcadero juntos salieron:
dama y señor, burgués y caballero,
su nombre junto a la proa leyeron,
la dama de Shalott.
¿Qué tenemos aquí ? ¿ Y qué es todo esto ?
Y en el palacio de luces y juegos
el jolgorio real tornó silencio;
Se santiguaron todos con miedo,
los caballeros, allí en Camelot:
Pero Lancelot, meditando un poco,
fue y dijo, “Ella tiene el rostro hermoso,
por gracia de Dios misericordioso,
la dama de Shalott.”
Lord Alfred Tennyson (1809-1892)
Historias olvidadas del corazon de los hombres
Iluvatar por tanto, quiso que los corazones de los hombres buscaran siempre mas allá y no encontraran reposo en el mundo; pero tendrían en cambio el poder de modelar sus propias vidas, entre las fuerzas y los azares mundanos, mas allá de la música de los Ainur, que es como el destino para toda otra criatura; pero Iluvatar sabia que los hombres, arrojados al torbellino de los poderes del mundo, se extraviarían a menudo y no utilizarían sus dones en armonía y dijo: -También ellos llegado el momento sabrán.
Uno y el mismo es este don de libertad concedido a los hijos de los hombres: que solo estén vivos en el mundo un breve lapso, y que no estén atados a el y que partan pronto a donde los elfos no lo saben.
JRR Tolkien, el silmarillion
viernes, 27 de junio de 2014
Tara roja
- Tara (sánsc.) Dolma (tibet.)
Tara, traducida como“Liberadora”,es la representación del aspecto femenino de la Compasión de todos los Budas; se personifica en 21 formas diferentes y en varios colores.
Se cuenta en las enseñanzas que de las lágrimas de compasión que Avalokitesvara derramaba, se habría formado un lago desde donde emergió un maravilloso y radiante brote de loto, cuando el brote se hizo flor, Tara surgió en su centro.
- DESCRIPCIÓN
Tara Rojae está representada de forma frontal, sentada sobre un loto en postura semicerrada, (ardhaparyankar, sánscr.); la pierna izquierda doblada reposando sobre un cojín de luna y la pierna derecha flexionada, colocando el pie sobre un pedestal de loto expresa la actitud de salir en auxilio; es la compasión activa que manifiesta Tara para interceder ante todos los seres sensibles.
El color rojo corresponde en el mundo fenoménico al elemento fuego, en el orden corporal está relacionado con el calor vital; vinculando el poder del fuego en su acción de disolver, se simboliza con su color la purificación de la ignorancia por medio de la Sabiduría: purificación de los oscurecimientos que genera la visión dualista por el fuego de la Sabiduría Compasiva. En el orden corporal el color rojo está relacionado con el calor vital, es decir, con el plano físico del cuerpo; desvanecer, purificar la dualidad cuerpo-mente, sujeto-objeto es la representación de Tara Roja. El Buda Amithaba, o el Buda de la luz Ilimitada, se asienta sobre un loto por encima de su cabeza.
. Tara está representada con los atributos de una manifestación omnipresente del Sambhogakaya; ataviada con vaporosas bandas de sedas sinuosas, envolventes y aéreas, suspendida en el centro del espacio sobre una flor de loto y un disco de luna a modo de cojín, simboliza una dimensión sutil, luminosa, de naturaleza búdica que no puede ser conocida por nuestra mente conceptual. Se dice en las enseñanzas que estas vestimentas muy finas y extremadamente suaves poseen la cualidad especial de que, al doblarse tienen la medida de un pulgar, pero al extenderse pueden cubrir todo el Universo. Los ornamentos de huesos y joyas son característicos del Tantra, señalando los atributos de un (Adi-buda, sánsc.) buda trascendente: Tara es, en serena paz dichosa, la expresión pura de la Sabiduría Compasiva de todos los budas, también reconocida como la madre de todos los Victoriosos.
Tercer ojo
En el centro de la frente de Tara Roja se manifiesta el tercer ojo. El significado de los tres ojos está relacionado con los tres tiempos, es decir, pasado, presente y futuro; El tercer ojo denota la cualidad del conocimiento trascendente sin la limitación del tiempo.
En el centro de la frente de Tara Roja se manifiesta el tercer ojo. El significado de los tres ojos está relacionado con los tres tiempos, es decir, pasado, presente y futuro; El tercer ojo denota la cualidad del conocimiento trascendente sin la limitación del tiempo.
Mudra
Mudra es el gesto que manifiesta un buda con el cuerpo para la transmisión simbólica de la doctrina. El Mudra más difundido esBhumisparsa (sánsc.), es el signo que utilizó Buda Shakyamuni, con el cual, “Tocando la tierra como testigo” con la mano derecha expresó haber logrado, como ser humano, la Naturaleza de la Mente Totalmente Iluminada.
Tara Roja expresa, con la mano derecha abierta hacia abajo sujetando un vaso de larga vida el gesto de la concesión; Varadamudra (sánsc.) es el signo de la concesión, el gesto de la disposición a conceder aquello que se desea. Con la mano izquierda abierta hacia arriba sosteniendo un loto, manifiesta el gesto de aliento; Abhayamudra (sánsc.) es el signo que, en lenguaje corporal, es el gesto que anima a acercarse al maestro, alienta a abandonar la timidez y poder arrimarse y refugiarse en el Dharma, es el mudra de las Tres joyas: Buda, Dharma y Sangha.
Mudra es el gesto que manifiesta un buda con el cuerpo para la transmisión simbólica de la doctrina. El Mudra más difundido esBhumisparsa (sánsc.), es el signo que utilizó Buda Shakyamuni, con el cual, “Tocando la tierra como testigo” con la mano derecha expresó haber logrado, como ser humano, la Naturaleza de la Mente Totalmente Iluminada.
Tara Roja expresa, con la mano derecha abierta hacia abajo sujetando un vaso de larga vida el gesto de la concesión; Varadamudra (sánsc.) es el signo de la concesión, el gesto de la disposición a conceder aquello que se desea. Con la mano izquierda abierta hacia arriba sosteniendo un loto, manifiesta el gesto de aliento; Abhayamudra (sánsc.) es el signo que, en lenguaje corporal, es el gesto que anima a acercarse al maestro, alienta a abandonar la timidez y poder arrimarse y refugiarse en el Dharma, es el mudra de las Tres joyas: Buda, Dharma y Sangha.
El Loto
El Loto es emblema de la pureza primordial. La flor de loto surgiendo de las aguas cenagosas pura y sin mácula es la representación simbólica de la liberación del samsara. En el orden corporal, la flor elevándose sobre el tallo, simboliza el eje de energía cognitiva del canal central por donde se logra, caracterizadas en forma de lotos las distintas ruedas de energía cognitivas (chacaras), ascender, trascender, la causalidad inherente al samsara. La energía cognitiva trasciende, o despierta del sueño de la ignorancia, en cuerpo, palabra y mente, de allí que el loto de color rojo, indicando el calor vital asentado en la región del ombligo, representa el plano físico del cuerpo; El eje de energía cognitiva también se manifiesta simbólicamente en el árbol de refugio, enlazando de forma ascendente a los budas históricos del linaje en torno a las manifestaciones del Samboghakaya, coronado en la cúspide por la Prajñaparamita (perfección del conocimiento, sánsc.); el árbol así representado, igual que el loto, es un lenguaje simbólico, no conceptual que representa proyecciones puras; mirado de forma integral, el loto es la representación del discípulo y el árbol es la representación del Gurú de quien se recibe las instrucciones para recorrer el sendero de la liberación.
El Loto es emblema de la pureza primordial. La flor de loto surgiendo de las aguas cenagosas pura y sin mácula es la representación simbólica de la liberación del samsara. En el orden corporal, la flor elevándose sobre el tallo, simboliza el eje de energía cognitiva del canal central por donde se logra, caracterizadas en forma de lotos las distintas ruedas de energía cognitivas (chacaras), ascender, trascender, la causalidad inherente al samsara. La energía cognitiva trasciende, o despierta del sueño de la ignorancia, en cuerpo, palabra y mente, de allí que el loto de color rojo, indicando el calor vital asentado en la región del ombligo, representa el plano físico del cuerpo; El eje de energía cognitiva también se manifiesta simbólicamente en el árbol de refugio, enlazando de forma ascendente a los budas históricos del linaje en torno a las manifestaciones del Samboghakaya, coronado en la cúspide por la Prajñaparamita (perfección del conocimiento, sánsc.); el árbol así representado, igual que el loto, es un lenguaje simbólico, no conceptual que representa proyecciones puras; mirado de forma integral, el loto es la representación del discípulo y el árbol es la representación del Gurú de quien se recibe las instrucciones para recorrer el sendero de la liberación.
Estas representaciones sagradas, pinturas, escultura, ilustran el cuerpo de Buda, el Dharma representa la palabra de Buda y la transmisión de los maestros, las stupas (sánsc. chorten tibet.) personifican la mente de Buda.
La corola redonda de la flor de loto representando un disco de luna o de sol, simboliza los aspectos masculino y femenino de la naturaleza esencial de todos los fenómenos. Los Adi-budas, o budas primordiales, están sentados sobre una flor de loto poniendo en evidencia el carácter trascendente de su Naturaleza Esencial.
La corola redonda de la flor de loto representando un disco de luna o de sol, simboliza los aspectos masculino y femenino de la naturaleza esencial de todos los fenómenos. Los Adi-budas, o budas primordiales, están sentados sobre una flor de loto poniendo en evidencia el carácter trascendente de su Naturaleza Esencial.
Arco y Flecha
Sobre los pétalos del loto se asientan, tensos, un arco y una flecha formados por pequeñas y delicadas flores celestes en señal de precisión, firmeza y voluntad para alcanzar el blanco de la no dualidad, cuerpo-mente, sujeto-objeto; el color celeste se relaciona, en la esfera fenoménica, con la dimensión del espacio; en lenguaje simbólico muestra la disposición plena de acceder a la trascendencia.
Sobre los pétalos del loto se asientan, tensos, un arco y una flecha formados por pequeñas y delicadas flores celestes en señal de precisión, firmeza y voluntad para alcanzar el blanco de la no dualidad, cuerpo-mente, sujeto-objeto; el color celeste se relaciona, en la esfera fenoménica, con la dimensión del espacio; en lenguaje simbólico muestra la disposición plena de acceder a la trascendencia.
Vaso de Larga Vida
Tara Roja expresando con la mano derecha abierta hacia abajo, sujetando un Vaso de Larga Vida el gesto de la concesión y estando ella misma relacionada con la esfera del cuerpo, proyecta la imagen de la Sabiduría no dual, cuerpo-mente que otorga el desapego.
Tara Roja expresando con la mano derecha abierta hacia abajo, sujetando un Vaso de Larga Vida el gesto de la concesión y estando ella misma relacionada con la esfera del cuerpo, proyecta la imagen de la Sabiduría no dual, cuerpo-mente que otorga el desapego.
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